Un fin de semana para mí

Después de 6 meses ininterrumpidos de chance y universidad por fin tuve un fin de semana para mí. Un tanto obligado ya que la mayoría de mis amigos y mi familia están de viaje. Con cierta envidia al principio resentía estar confinada a las casa y/o las calles de la ciudad. Pero resultó siendo uno de los mejores fines de semana. Hice casi todo lo que me gusta menos bailar y otras cositas.

Comí rico: Sushi, pasta, tofu con verduras, postres de cien calorías por bocado incluyendo un maravilloso helado de chocolate amargo y mandarina, abundante agua mineral con un toque de limón y vino tinto. Tomar sola no es algo tan placentero aunque no tengo que preocuparme de sonreir descaradamente sin motivo alguno. En fin comí rico y creo que volví a ser vegetariana. Lo fui por 8 años, dejé de serlo por casi cuatro y ahora lo retomé hasta nuevo aviso.

Fui al cine a ver varias películas que tenía pendientes, hace años con un par de amigas hacíamos maratón una tras otra, esta vez tuvo que ser so-li-ta. Pero lo disfruté. Kung Fu Panda me dejó muchas buenas cosas la principal: Present is a present ( el presente es un regalo), y que al final del día uno ES...

Fui al salón para mi no hay nada más relajante que me laven la cabeza, una de mis escenas favoritas es cuando Robert Redford le lava la cabeza en medio de la bella Afríca a Merryl Streep. Por supuesto a mi me la lavó Marta que para nada se le parece a Redford pero algo es algo. En el salón me encontré a uno de los fiduciarios donde trabajo haciéndose los pies. Debo confesar que fue un tanto incómodo que él me viera con un turbante en la cabeza aunque amablemente exclamó: usted no pierde la elegancia, qué bien le queda. Un caballero sin duda aunque para mí tampoco fue placentero estarle viendo los pies.

También fui a Sophos, quitaron mi rincón favorito así que tuve que envitrinarme. Dice Lucky que le llegaron a preguntar cuánto costaba. Yo le dije que la próxima vez le dijera que me iban a subastar así por lo menos sacamos más dinero. Pues allí, contemplando la Reforma degusté una pasta al pesto, un tinto y un cafecito. Leí los Mandarines de Simone de Beauvoir un tanto inquieta ya que según Javier y Allan pocos hombres se acercarían a una mujer leyendo a esta feminista. Déjenme decirles que es un libro maravilloso. Luego me compré el libro que de ahora en adelante acompañará mis noches BORGES de Bioy Casares. UN TESORO.

Soy una enamorada confesa de este hombre y ahora estoy más que encantada. Disfrutando cada entrada en el diario. Es impresionante hasta la más simple de las frases. Además estoy conociéndolo de primera mano en voz de uno de sus más entrañables amigos y compañeros. Eso si en cada página a parte de saborear la genialidad de Borges puede sentirse su singular acidez, elegantísima!!

Vi un par de películas en casa, Shallow Graves y las Mil y Una Noche de Pier Paolo Pasolini que merece al igual que mi libro de Borges un post individual. Gracias por regalarme la película!

Por último hice compras on line de cosas que no necesito pero que me encantaron: un traje sastre, medias estrambóticas y un par de zapatos color cobre. Mi lado compulsivo se siente ligeramente complacido. Como buena adicta esto y los libros que adquirí es lo último que compró en un buen par de meses. Antes que realmente mi economía lo resienta.

Lo mejor de todo es que pude escribir un par de cuentos que tenía atravesados y editar otros. Espero que para septiembre este el nuevo libro terminado.

Y hoy para cerrar con broche de oro la tarde cayó sobre mi convirtiéndome en un rayo naranja con destellos azules...sobre un sillón al lado de mi ventana.

Sin duda el presente es un gran obsequio y los días para uno mismo más.