martes, 1 de julio de 2008

poemas para primeros días lluviosos de julio


I


Ya nadie permanece con los pies secos.



II

Decidió vivir sin tedio

y verse distinta de sí misma


III


Vagamente se entristeció

con una nostalgia insuficiente

tornándose doblemente triste


IV


Sus pasos sonaban

como cuando caen hojas muertas

al suelo húmedo

una lluviosa mañana de julio


V


Convertida en grumo

forrada de cenizas

me desmoroné

y fui dispersada por el cálido viento del verano

al atardecer


VI


Sumergida en un aire pesado

ardiendo de ira

era tan vulnerable

como la primera escarcha de invierno

ante un indiscreto rayo


VII


En busca de un Dios exterior

terminó por endiosarse a sí misma

y desde el altar

rodó hasta el suelo



VIII

Su cobardía era tibia

igual que el afecto

resignado y mudo

saliendo por sus labios


IX

Absolución

palabra larga y sin sentido

que cae sobre los eternos

días sin Dios

acumulando acusación y culpa


X

Pedir perdón

y hallar en la gracia

una insoportable

resignación dulce y heroica
es el mayor castigo


XI


Recobré la ventana

y bebí las gotas

que se confundían con la lluvia

y caían sobre el cristal










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