lunes, 7 de julio de 2008

La irreconciliable muerte


La muerte, muy a mi pesar, me causa demasiado resquemor. Desde un punto de vista religioso es hasta inconcebible. Un cura,amigo mio, me decía que mi aversión a la muerte reñía con mi fe ya que la muerte es sólo la transición a la vida eterna. No debería sentir temor.


Yo no sé si es temor lo que siento o es algo más extremo como el pavor o que la incertidumbre me agobia.

Pienso que morir básicamente es dejar de sentir y convivir. Eso me parece terrible. Tal vez por que ahora soy joven y bella (jaja) pero talvez cuando este vieja sienta más atracción por ella. Aún en mis peores depresiones nunca se me cruzó salir de esta vida por mi propia mano. Aunque debo confesar que en más de alguna ocasión pensé en lo oportuno que sería que un carro me atropellara o una viga me cayera encima (pensamientos súper sano, menos mal se acabaron).

Cuando papá murió yo me estaba bañando en casa, escuché el teléfono y para cuando salí alguien más había contestado. Fui a la sala y vi cómo la cara de los empleados cambiaba al verme. Engañándome a mi misma hice como que no entendía los ojos de se murió! y le pedí a alguien que me llevara de vuelta al hospital. Allí junto al resto de mi familia recibí la noticia. Jamás volví a ver a papá. Me gusta creer que él esta conmigo y que sigo conviviendo con él pero su presencia física me hace una falta asquerosa.


Desde entonces mucha gente querida ha muerto y nunca lo he podido entender. Voy a los funerales para estar con los vivos que quisieron al que ya no lo esta. No voy a despedirme del muerto por que no lo tolero. Por nada de este mundo voy a un entierro. Estúpidamente prometía a alguien que quise y quiero mucho que yo iría a su entierro y leería un salmo particular. La vida nos alejó y tengo la esperanza de no saber cuando muera. No lo toleraría.


Por eso hace tiempo con esta misma persona a pesar del deseo de ser padres no lo fuimos. Ambos con diferente razonamiento pero los dos principalmente por nuestro temor a su muerte. Parecerá tonto, irracional y cobarde. Pero en ese momento nos pareció lo más adecuado.

El fin de semana murió una compañera de clase al dar a luz. Es difícil imaginar que alguien muera en el parto. La paradoja de morir dando vida es aún más cruel. Cuando me enteré de su muerte pensé en lo mucho que dejaba pendiente. Para empezar ver crecer a su nuevo hijo, a otros tres, terminar su licenciatura, hacer su tesis, seguir leyendo a Derridá.

Ella nunca fue mi amiga, es más nuestras personalidades chocaban terriblemente y este ciclo pensé en no tomar las clases que ella tomaba para no desgastarnos. Sin embargo me entró angustia de saber que ella no tendría ni un segundo más. Su tiempo se agotó independientemente si había o no logrado lo que quería.

Este trágico hecho me hizo cuestionarme qué pasaría si muriera hoy. De qué me arrepentiría, qué pensaría, qué he dejado de hacer... etc. Fueron muy pocas cosas: me sentiría triste orque alguien no me dio la oportunidad de quererlo, le diría a otra persona que me hizo daño y se acabó. De alguna forma ahorita lo estoy diciendo y espero con eso liberarme de la carga que significa no decir las cosas y dejarlas pudriendo en nuestro interior. En fin no tengo mayor "regret" en mi vida y me alegra. En este caso particular quiero pensar que la relación que tuvimos fue la que dadas las circunstancias y nuestras personalidades permitieron.
Una de las mejores enseñanzas de mis padres ha sido la no autocomplasencia y la no autocompasión. Nos educaron para no sentirnos víctimas de la gente o de la vida. También a ser consecuente con nuestros actos y decisiones. A mi en lo personal me han faltado agallas pero nada que lamentar. Insisto. Así que seguiré tratando de tomar con filosofía no con amargura las cosas que vienen.

La muerte para mí siempre llega en mal momento. Nunca estoy preparada y hasta el momento no logro reconciliarme con ella.


Rezo siempre por mis muertos y celebro su vida en la mía. Espero que la gente que mi compañera deja atrás encuentren paz y recuerden con nostalgia pero con alegría la forma en la que su presencia hacia especial sus vidas.
No voy a tumbas pero deposito bellas y simples margaritas en todas ellas.
Las oraciones llegan a ti como el incienso al cielo. MM 6 de julio del 2008.

Uno de sus poemas favoritos
Romancero Gitano de FGL
La luna vino a la fraguacon su polizón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.
En el aire conmovido

5 comentarios:

Unknown dijo...

No se-- pero hay quien me dijo una vez, que tenerle miedo a la muerte, es tenerle miedo a la vida.
Tenemos pendientes nuestro proximo episodio de The Secret.

Juan Pablo Dardón dijo...

Muy fuerte texto para leerlo un martes en la mañana, impecable, sí, pero duro.

Moniquita dijo...

Eso de la muerte efectivamente es difícil de "entender" o aceptar, pero he de decirte que si uno tiene cierta relación con Dios, vas aceptándola mejor conforme te va tocando demostrar tu fortaleza y fe!

Dos queridísimos amigos -casi familia- y tres miembros de mi familia se han muerto ya (y para "empeorar" las cosas, mis consentidos, por decirlo así) y es increíble, pero la paz que recibís una vez pasa la tormenta -porque por supuesto que hay un lapso de tiempo en el que creés que nunca lo vas a superar- es indescriptible...

Lidiar con la muerte siempre cuesta, pero de verdad hay un momento que entendés que sólo estamos aquí "prestaditos" y que ni nuestra vida ni la vida de nuestros seres amados nos pertenece, que es nuestra necedad de pensar que nos "los quitan" la que nos hace sufrir por esa separación...

Por eso hay que vivir y gozar... Porque por mucho que hagamos o
dejemos de hacer, cuando llegue el momento que nos "quieran de regreso"... Vonós pues! :o)

Coincido con JP, muy fuerte texto, pero MUY bueno Lore!!! Un abrazo,
M

Chicaborges dijo...

Lissy: mi agigo el también me decía que mi miedo era a vivir no a morir... Esas sesiones SECRET son lo mejor para reír. Thanks Lifecoach.

JP: empecé la semana así con el pecho oprimido.

Moniquita: en efecto el apego a todo y en especial a los que queremos es súper tieso y difícil de dejar ir. Abrazos y a ver cuando hay un vinito para celebrar la vida.

Allan Martínez dijo...

Estaba pensando sobre los 10 años de la muerte de mi padre cuando leí tu blog y fue como romper el chorro. Ingratas dudas. Te cuidas.