sábado, 27 de octubre de 2007

El desierto de Cohauila, amenizado por Guadalupe Esparza

Mi chica difícil
que puedo hacer yo
si sólo me dices
que no y que no.

Me quedo pensando,
mi dulce bombón
que tiene tu novio
que no tenga yo.

Mi chica difícil José Guadalupe Esparza

Por cuestiones de trabajo estuve en Saltillo Coahuila, al mero norte de México. Cuando el avión va llegando se ven unos cerritos pelones y áridos y por supuesto lo primero que le viene a uno a la mente es es "deforestación" luego uno aterriza en un aeropuerto somatadísimo y dice "en vías de desarrollo". Lo primero es falso, lo árido se debe a que es una zona desértica y allí desde hace miles, de miles de años sólo ciertas especies muy bien adaptadas pueden sobrevivir. Y lo segundo queda en duda pues la bonanza se ve en las calles, todos en unos pickupones que apenas, hummers como si fueran cucharachitas y los señores y señoras muy bien ataviados.

En el avión conocí a un señor que se convirtió en mi ángel de la guarda, si no fuera por que está felizmente casado algo hubiera hecho...Viajé con el Doctor al hotel, milagrosamente al mismo tiempo que me decían que no había espacio un chico me ofreció su habitación!! vaya dije yo que aventados son estos pero él no venía en el paquete, por asuntos urgentes tenía que dejar el hotel. Devolviendo el favor le cedí mi habitación a una pareja de viejitos que se quejaban que allí no podían dormir porque estaba cerca del estacionamiento. El karma estaba equilibrándose. Esa noche me fui a comer con el Doctor, mi ángel de la guarda, a un restaurante francés era lo único cerca del hotel. Lo único francés eran las papas a la francesa!!

Al día siguiente nos dirigimos al campo de concentración (la universidad donde se llevaría a cabo el Simposio). Era un congelador, el paisaje el desierto, el sol sólo iluminaba pero jamás llegaba a calentar, los edificios eran ocre y de mármol por dentro, los habitantes botudos, sombrerudos y académicos de todas partes del mundo enfocados en la agricultura sustentable, producción orgánica y todo lo bio posible. Allí pasé escuchando alrededor de 10 conferencias diarias. Lo único bueno fue comprobar que no había olvidado los nombres científicos, ni los principios de química orgánica, ni las buenas maneras...porque soportar aquello mi Dios bendito.

El segundo día después de haber dormido casi nada por los autos entrando y saliendo, llegué rendida al hotel, me duché y bajé a hacer vida social a eso de las nueve casi dormida me fui a la cama. Vi tele hasta las 12 y cuando por fin dormiría a eso 2: 20 am alguien se equivocó de habitación y pensó que yo usurpaba la suya. Fue difícil explicarle que él era el equivocado. El descendiente directo de los bukis era tan poco atractivo que ni por un instante se me ocurrió invitarlo. Ese mismo día también vi los primeros tennis con tacón de mi vida!!, me tomé 10 cafés, vestí cuatro blusas, un sweater, una chaqueta y una bufanda al mismo tiempo, perdí cien dólares, me compré un disco de John Lennon en el reino grupero, escuché cuatro conferencias de biofumigación en cuatro idiomas: inglés, español, húngaro y hebreo. ¿Preguntas?

Pero no todo fue malo conocí a uno de los hombres más encantadores habidos y por haber, Oleg...con él recorrimos el desértico campus, vimos pepinos y chiles pimientos congelados, lodos de plantas de tratamiento de agua (romantiquísimo), comimos la ensalada de pasta más fea del mundo, me pseudo emborraché por primera vez con margaritas, brindé en letón (no sé si así se dice lo que hablan en letonia), escuché por primera vez Dostoievsky en ruso... vi un árbol pintado en la parde moverse y canté una canción de Miguel Bosé. El desierto definitivamente tiene sus encantos y enloquece un tanto.


El penúltimo día descubrí a que se refiere el término algunos amantes parecen nido de culebra. Pude presenciar varios y no sé distingue cual es la cabeza de cual. Vi plantas hermosas, sobrevivientes de aquella aridez y uno coyote!! Es impresionante como uno se queda hipnotizado ante su presencia. Hay mucho que contar, aunque no todo se puede... algún día me servirá para una historia o para sonreír ... al recordarlo. Aún sin brújula la vida lo lleva a uno a grandes aventuras.

Guadalupe Esparza de música de fondo...

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