domingo, 20 de septiembre de 2009

Grito


En tu piel morena con los años y

los amores clandestinos

se dibujaron huellas atigradas

que no se borran con la belleza de tus versos



En esta selva citadina

pinto tu cuerpo

y plomizo tu corazón

late a un ritmo desconocido

pesado e indiscreto



No hay más silencio en los espejos

y el alba dejó de ser furtiva

Ojos grandes y bocas pequeñas

saben de norte a sur

desde lo más remoto a lo más cercano

lo que antes parecía indescifrable:

La verdad.


No eres dueño

más que de un estrecho

recinto donde agradeces la rutina

la memoria de una mujer que no desiste

un recuerdo que amarga

un par de paredes donde ignoras el presente

y desdibujas el porvenir con crayolas.



Detrás de la puerta dejas las deselaltades

propias y ajenas.
Además, que cruzas la calle y una misteriosa felicidad

lejana a la esperanza pero cercana a la inocencia

se apodera de ti y se dispersa entre tus manchas.

Humildemente la haces polvo y vuelves a tu concurrido

infierno.

2 comentarios:

Unknown dijo...

que grueso... me gustó.

Unknown dijo...

Hermoso.

A veces quisiera gritar tantas cosas...


Por cierto, encontré este blog porque nacimos el mismo día del mismo año, sólo que yo dos horas después.