jueves, 7 de mayo de 2009

escribir para no morir: recuerdos infantiles


Cuándo supe que los gusanos se comerían mis ojos...y que me convertiría en polvo. Me convertí en una exterminadora de gusanos. Pasé matándolos por muchos años. Les tenía un odio genuino, puro y duro. Además, no me gustaba que sacudieran mi habitación, ni la casa por que pensaba que el polvo eran restos de muerto, que buscando hogar se depositaban en los muebles, en el piso, en las ventanas donde fuese. Me daba tristeza que día a día los desalojaran.


Hasta la fecha en algunas ocasiones cuando estornudo a causa del polvo siento que me tragué una partícula de mi abuela, Cleopátra, Jim Morrison, Miculax, Isadora Duncan...y mi cuerpo las repele por el miedo a mi propio fin...


Me atormentaba la idea de morir y convertirme en nada…en las noches me despertaba y corría para escaparme de la muerte. Corría y corría tratando de dejarla atrás. Hasta que agotada me dejaba vencer por su sombra. Después de unas cuantas escapadas cerraron la puerta de la calle con llave.


Sin mis salidas nocturnas vino la época del insomnio. Aunque suene a cliché pensaba que dormir era como morir un poco. Mis sueños dejaron de ser placenteros y empecé a escribir..

Ayer alguien me dijo que un día sin crear es un día perdido...es al final como morir.

2 comentarios:

Chicaborges dijo...

lorena hola soy yo escribièndote que estoy con unos amigos poetas encontràndome

Moniquita dijo...

En cambio para mí dormir es una MUY ANSIADA actividad!!! :) jajaja

Ya tenía ratos de no checar tu blog, porque habías dejado de escribir, pero NICE TO KNOW YOU'RE BACK!!!

Abachos!