Pedacito de cielo:
La pasión que alimenta mi pecho es sincera y es tan ardiente que ¡vano de mí! He creído que como mis intenciones son rectas y honradas, y no pueden ofender su exquisita delicadeza, Ud. se dignará a mirarme amablemente y hasta amorosamente algunas veces; ¿me habré equivocado? Es su sonrisa tan dulce que creo adivinar tras ella, un corazón lleno de ternura e incapaz de negarse a animar el cariño que tan honrada como ardientemente le ofrezco yo.
Animado con este pensamiento de decido a confesarle a Ud. mi pasión y a concebir una esperanza, de la que dependerá la felicidad de toda mi vida.
Esperando su contestación impacientemente soy de Ud. su sincero y tierno admirador.
Leopoldo.
Leopoldo.
Ojo puntos básicos para una buena carta: enfatizar en las buenas intenciones que profesa, en que él sabe que su pedacito de cielo no le es indiferente y sobre todo sutilimente decir que es un sentimiento ¡APASIONADO!
Extraído de: Correspondencia de amor…impreso en la Tip. Sánchez & de Guise
1 comentario:
Le hubiese salido mejor sin los adverbios. Aun así, se aprecian las intenciones.
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