Según las estadísticas cada vez es mayor el número de parejas se separan por causa de los sms. Los “infieles” no se toman la molestia de borrar los mensajitos comprometedores. Es más los exhiben. Es irónico que la intimidad esté tan restringida a lo digital sin “tacto”. Además, es curioso por qué los infieles de ahora son menos cuidadosos que los de antes.
Antes se recurrían a mil astucias para borrar las huellas del “engaño”. De hecho, creo que parte del encanto de la infidelidad consistía en ser más astutos que los demás, cuidar los detalles para que nada trascendiera.
Algunas personas, eran tan prudentes que hacían de la infidelidad un arte. En este caso no es bueno juzgar porque muchas veces el “pecado” no está en ser infiel sino en dejar en evidencia al otro y hacerle sufrir. Ahora, el “descaro” es total: las pruebas no se eliminan y se exhiben. ¿Será, que las personas están cansadas de llevar una doble vida y desean de modo inconsciente ser descubiertas? Podría ser también que se han vuelto descuidadas o bien gozan irremediablemente del placer irresistible palabra escrita. Todos sabemos que no es lo mismo decirlo que escribirlo.
Las palabras habladas tiene un dejo superficial, bien dice el dicho que las palabras se las lleva el viento. En cambio las escritas se sienten más profundas y audaces. Expresan sentimientos que las habladas jamás osarían. Por eso, si se fijan, lo que se dice por sms suele ser mucho más íntimo que lo que se dice por teléfono.
Creo que allí radica el problema. Antes, las cartas de los amantes se guardaban en algún secreto y en secreto se releían con deleite y pasión. La clandestinidad de su lectura reforzaba el estatus de amor prohibido. Luego, prudentemente, volvían a su escondite. Ahora, con los sms qué se hace ¿se guardan? ¿se copian en un cuaderno? ¿Se memorizan? Sólo la primera opción permite releerlos y evocar el placer. Por eso, después de sopesar las opciones, el feliz infiel mensajero se arriesga a que lo encuentren.
El género epistolar siempre me ha cautivado y aún suelo enviar cartas. Es una forma de entrar a lo más íntimo. También sigo sintiendo el placer de esperar la llegada del cartero. El sms, es la reencarnación del género epistolar. La prosa puede ser extraordinaria, la poesía sublime pero no hay nada más bello que las palabras que no están destinadas a todo el mundo, sino que provienen de quien nos inspira o hemos inspirado. Aunque sean cursis o vacilantes.
Datos curiosos
Sexting is slang for the act of sending sexually explicit or suggestive content between mobile devices using SMS. A genre of texting, it contains either text, images or video that is intended to be sexually arousing.
The excessive use of the thumb for pressing keys on mobile devices has led to a high rate of a form of repetitive strain injury termed "Blackberry thumb".