martes, 28 de abril de 2009

Una text message borgeano o la reencarnación de la epístola



Según las estadísticas cada vez es mayor el número de parejas se separan por causa de los sms. Los “infieles” no se toman la molestia de borrar los mensajitos comprometedores. Es más los exhiben. Es irónico que la intimidad esté tan restringida a lo digital sin “tacto”. Además, es curioso por qué los infieles de ahora son menos cuidadosos que los de antes.

Antes se recurrían a mil astucias para borrar las huellas del “engaño”. De hecho, creo que parte del encanto de la infidelidad consistía en ser más astutos que los demás, cuidar los detalles para que nada trascendiera.

Algunas personas, eran tan prudentes que hacían de la infidelidad un arte. En este caso no es bueno juzgar porque muchas veces el “pecado” no está en ser infiel sino en dejar en evidencia al otro y hacerle sufrir. Ahora, el “descaro” es total: las pruebas no se eliminan y se exhiben. ¿Será, que las personas están cansadas de llevar una doble vida y desean de modo inconsciente ser descubiertas? Podría ser también que se han vuelto descuidadas o bien gozan irremediablemente del placer irresistible palabra escrita. Todos sabemos que no es lo mismo decirlo que escribirlo.

Las palabras habladas tiene un dejo superficial, bien dice el dicho que las palabras se las lleva el viento. En cambio las escritas se sienten más profundas y audaces. Expresan sentimientos que las habladas jamás osarían. Por eso, si se fijan, lo que se dice por sms suele ser mucho más íntimo que lo que se dice por teléfono.

Creo que allí radica el problema. Antes, las cartas de los amantes se guardaban en algún secreto y en secreto se releían con deleite y pasión. La clandestinidad de su lectura reforzaba el estatus de amor prohibido. Luego, prudentemente, volvían a su escondite. Ahora, con los sms qué se hace ¿se guardan? ¿se copian en un cuaderno? ¿Se memorizan? Sólo la primera opción permite releerlos y evocar el placer. Por eso, después de sopesar las opciones, el feliz infiel mensajero se arriesga a que lo encuentren.

El género epistolar siempre me ha cautivado y aún suelo enviar cartas. Es una forma de entrar a lo más íntimo. También sigo sintiendo el placer de esperar la llegada del cartero. El sms, es la reencarnación del género epistolar. La prosa puede ser extraordinaria, la poesía sublime pero no hay nada más bello que las palabras que no están destinadas a todo el mundo, sino que provienen de quien nos inspira o hemos inspirado. Aunque sean cursis o vacilantes.


Datos curiosos


Sexting is slang for the act of sending sexually explicit or suggestive content between mobile devices using SMS. A genre of texting, it contains either text, images or video that is intended to be sexually arousing.


The excessive use of the thumb for pressing keys on mobile devices has led to a high rate of a form of repetitive strain injury termed "Blackberry thumb".

3 comentarios:

Mario Cordero Ávila dijo...

Claro, es que si eres infiel, es porque necesitás del básico derecho a sentirte enamorado, a creer que alguien te recuerda con amor y que aún siente deseo por ti... muchas veces, esta necesidad es más urgente que comer o dormir.

Y, sí, creo que tenés razón, porque las cartas o los sms o cualquier recuerdo que te haga evocar ese amor infiel y feliz... si borrás el sms (o quemás las cartas) por temor a ser descubierto, es mejor, simplemente, no ser infiel, y seguir viviendo tu vida vacía.

Me gustó mucho este post.

Chicaborges dijo...

Gracias por la visita Mario. Me encanta que la palabra amantes... tan desprestigiada se refiera a dos que se aman... básico.

Moniquita dijo...

Cuando no queda más opción... Tomar foto de la pantalla de tu celu con ese mensaje especial que simplemente no tenés valor para borrar!! :o) Eso sí... Ojo dónde se guardan esas fotos, porque si se quedan en la cámara, como que da lo mismo!

Para mí eso de ser amante es todo un arte! Pocos hombres logran hacerlo bien, pero nosotras las mujeres (en la mayoría de casos) somos casi impecables para esconder el delito! Yo todavía no he sido infiel con mi pareja, pero sí he hecho a otros cometer infidelidades -conmigo obviamente-, pero hasta cuidar que este otro NO caiga en errores comunes (como dejar los mensajitos en el celu) es también un arte!!! Al final, sentir ese poder de hacer sentir a alguien eso que no siente hace rato es increíble... Claro, el problema SIEMPRE es la bendita conciencia, pero ese es otro tema! jeje

Otro abrazo!!! jeje Buenísimo este post Lore... Buenísimo!